La Culpabilidad – 3
La mayoría de estos errores concientes acarrean consigo un sentimiento de culpa, al ver los resultados de nuestros errores, solo una persona que tenga una mente cauterizada no sentirá culpa. Una mente cauterizada es la de una persona que peca y peca y no siente que halla fallado, en pocas palabras se acostumbro al pecado y a las fallas y ya no se siente incomodo.
Ahora bien cuando uno de nosotros que no tenemos la mente cauterizada cometemos errores concientes, claro que sentiremos culpa.
Pero ¿Qué debemos hacer cuando la culpa es un sentimiento diario en mi?
En Primer Lugar tenemos que pedirle perdón a Dios por todo error o pecado cometido, la Biblia dice en Isaías 1: 18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
En Segundo Lugar ve a donde la persona que ofendiste o donde la persona que se siente ofendida y pídele perdón. Este acto traerá gran bendición a tu vida, pues la Biblia dice en Proverbios 28: 13-14 “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal”. Este acto no es ninguna vergüenza sino mas bien como Jesús dijo en San Mateo 23: 12 “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
En Tercer Lugar tienes que entender que desde el momento que le pides perdón a Dios y le te disculpas o le pides perdón a la persona a quien se le causo daño, desde ese momento eres libre de toda culpabilidad, no puedes seguirte culpando de algo, lo cual Dios ya te perdono.
Quizá el más difícil de los 3 pasos es el tercero, ya que muchas personas no se sienten perdonadas. Pueda darse el caso de que tu cumplas el primer paso y al cumplir el segundo paso, esa persona no te perdone, eso no quiere decir que vas a vivir con el sentimiento de culpabilidad.
Tienes que entender que desde el momento que tu haces esos dos pasos, Dios te perdona y si la otra persona no, de todas formas tu ya eres libre de toda culpabilidad, pues cumpliste con lo que Dios nos manda, la atadura que tenias que no te dejaba caminar tranquilo fue rota, si la otra persona no te perdona, el problema ya no es tuyo sino de esa persona. Jesús dijo en San Mateo 6: 14-15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”.
Es hora de despojarte de todo sentimiento de culpabilidad, es hora de darte cuenta que si ya le pediste perdón a Dios por tu pecado, el ya te perdono, Isaías 43: 25 dice: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.
Es tiempo que te levantes como un hijo renovado y comiences a experimentar de las bendiciones que te has estado privando por el sentimiento de culpabilidad que dominaba tu vida hasta este día. Que nunca se te olvide:
Enrique Monterroza