La protección en las tormentas

He aprendido que no hay tormenta interminable, no hay mal tiempo que no pase, no hay problema que no llegue a su fin. Durante los años que he podido caminar junto al Señor me he dado cuenta que son muchas las ocasiones que mi alma se ha angustiado a causa de las diferentes etapas que me ha tocado vivir.

En ocasiones he llegado a perder el sueño por situaciones en las cuales ya no tenía el control y que solo podían ser solucionadas por Dios. Obviamente Dios ha solucionado y sigue solucionando cada problema que enfrento, a veces no en el tiempo que yo quisiera, pero siempre lo hace en un tiempo que Él considera adecuado, lo bueno es que siempre está allí para salir a mi rescate cómo también para salir a tu rescate.

Pensando en esto, en las veces que los problemas me han robado la paz y la tranquilidad, reflexionaba en el hecho de que a pesar que sabía que ya no tenía control de esos problemas sino que solo Dios podía solucionarlos, insistía en sentirme preocupado y hasta angustiado cuando en realidad ni esa preocupación, ni la angustia más profunda que podría producir a causa de los eventos que estaba experimentando podrían producir una solución.

Entiendo que somos humanos y que por naturaleza tenemos miedo a las cosas que desconocemos o de las cuales no tenemos el control. Reconozco que muchos de nosotros a pesar de profesar una fe en Dios y de ser testigos de las cosas maravillosas que Él puede hacer, a veces cuando nos encontramos en medio de la tormenta se nos olvida quien es el que nos protege o de quien vendrá la respuesta que necesitamos.

Y es que en esos momentos en donde las tormentas arrecian, en donde vemos el panorama difícil y en donde la lluvia no deja de caer, es cuando solo nos queda sacar el paraguas de fe que nos mantendrá protegidos de esas tormentas que parecen interminables. La fe es la única protección que nos queda en medio de los panoramas contrarios, en medio de las tormentas descontroladas, es la fe la única que puede vencer al miedo y a cualquier viento en contra.

La fe es la única que puede sostenernos en los momentos más difíciles de la vida. La gente puede quitarte tu casa o todo lo material que posees, pero jamás podrán robarte la fe que existe en tu vida, esa fe que ha visto cómo Dios ha hecho las cosas más sorprendentes en tu vida.

Tu protección en las tormentas se llama FE y eso nadie, ni nada te lo puede quitar, aun cuando todo se ve mal es la FE la que te sostiene, aun cuando todo y todos están en tu contra, es la FE la que te hace avanzar, la FE es la protección ante cualquier circunstancia en contra y por esa FE un día gozaras por toda una eternidad de paz junto al Señor.

¡Vamos! Es hora de sacar ese paraguas de FE que te protegerá de cualquier tormenta. Es hora de seguir creyendo que Dios hará algo maravilloso, porque ni la tormenta más fuerte será capaz de robarte la FE que hay en ti.

P/Enrique Monterroza

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