El valor del sufrimiento
Todo en la vida cristiana es de valor, no hay nada que no suceda si no es con un propósito específico. Dios no está en la obligación de darnos todo, pero si está obligado a enseñarnos como ganarnos todo, a cuidarnos, a consolarnos, y sobre todo a ayudarnos en los momentos de mayor tribulación.
Siempre valoremos las cosas buenas, pero nunca dejemos de valorar las cosas malas, ellas suceden porque Dios algo quiere quitar de nosotros, o algo bueno quiere también darnos. Aprendamos a valorar el sufrimiento…
Jesus nos encontrará en el momento de mayor necesidad: Jesús entro a una región que era conocida por ser la capita de la provincia romana de Perea, y no entró por casualidad, ya que encontró a un hombre endemoniado que estaba en una extrema necesidad por el sufrimiento que había estado pensando por años.
Y el hombre de quién habían salido los demonios le rogaba que le dejase estra con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Jesús entro a una región que era conocida por ser la capital de la provincia romana de Perea, y no entró por casualidad.
Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dajase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán gran grandes cosas había hecho Jesús con él.
(Lc. 8:38-39) Jesús encontró a este hombre en el momento de mayor necesidad, porque necesitaba liberación espiritual. Después que Jesús expulso fuera a esos demonios, todo se arregló en la vida de este hombre. Nuestro Señor siempre llegara en el momento que más necesitamos de él. Nunca desvaloremos las adversidades y dificultades que la vida nos presenta, ellas son una maravillosa oportunidad para que Cristo se glorifique en nosotros.
VALOREMOS EL SUFRIMIENTO COMO UN APRENDIZAJE: El apóstol Pedro se encargó de mencionar muchas veces el sufrimiento. El mismo vivió en carne propia lo difícil de la vida cristiana.
Todo prueba o sufrimiento no es fácil de asimilar, pero si se puede valorar como un buen aprendizaje para lo que Dios tiene preparado para nosotros, reconociendo que la facilidad de las cosas, el placer y la bendición no son los únicos planes que Dios tiene para nosotros: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. (1ª. Pedro 1:6-7) Algunas veces pareciera como si el Señor nos estuviera dando tremenda paliza o como si se olvidara de nosotros.
Pero lo que él quiere es que valoremos las pruebas y aprendamos de ellas, porque el sufrimiento no siempre es por gusto o porque a Dios le da la gana hacernos pasar por ellas. Por muy abrumador que parezca el sufrimiento, valoremos lo que estamos aprendiendo de él y encontraremos el propósito maravilloso del plan de Dios.
Valoremos el Sufrimiento:
Cuando Jesús vino a morir por nosotros, no lo hizo solo porque si, lo hizo porque sabía que era la única vía para poder ser libres de pecado y era el único puente para llegar al cielo. Nunca pensemos que cuando Dios nos da consuelo, lo hace solo para aliviar el dolor de la aflicción, lo hace porque nos ama infinitamente, sin medida.
Los que deberíamos valorar el sufrimiento somos nosotros, pero valorar el sufrimiento que el soporto en la cruz por nuestro pecado: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
Pst. Giovanni Barrera.