Caminando en medio del mar -1

La mayoría de nosotros esperamos milagros de Dios en nuestra vida, nuestra familia o en personas a quienes estimamos. Estoy seguro que una gran parte de los que ahora me leen tienen una petición de esas que creemos casi imposibles y que solo esta en las manos de Dios cumplirla.

Y es que a veces queremos que Dios haga todo el trabajo, sin darnos cuenta que en ocasiones, Dios proveerá los medios para llevar a cabo ese milagro que esperamos, pero dependerá de nosotros el dar los pasos necesarios para que ese milagro se concrete.

Y es que el valor y la fe que mostremos serán de gran ayuda para ver lo que para nosotros era imposible de ver.

Cuando Moisés saco a los israelitas de Egipto, poco después Faraón envió a su ejercito tras ellos para traerlos devuelta como esclavos. Cuando los israelitas vieron que el ejercito egipcio se acercaba, comenzaron a quejarse contra Moisés diciéndole el porque los había traído, que era mejor ser esclavos en Egipto que cadáveres en el desierto.

Sin embargo Dios siempre tiene un plan maravilloso, Él jamás mueve una pieza si no sabe todo lo que puede pasar y como poderlo solucionar.

Dios le dio unas instrucciones a Moisés: “Luego el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Dile al pueblo que se ponga en marcha! Toma tu vara y extiende la mano sobre el mar. Divide las aguas para que los israelitas puedan pasar por en medio del mar, pisando tierra seca. Yo endureceré el corazón de los egipcios y se lanzarán contra los israelitas.

La grandeza de mi gloria se manifestará por medio del faraón y de su ejército, sus carros de guerra y sus conductores. Cuando mi gloria se exhiba por medio de ellos, ¡todo Egipto verá mi gloria y sabrán que yo soy el Señor!».” Éxodo 14:15-18 (Nueva Traducción Viviente). Me llama la atención que Dios le dice: “¿Por qué clamas a mí?”, y es que ¿A quien más iba a clamar?, luego Dios le dice: “¡Dile al pueblo que se ponga en marcha!”, en pocas palabras: ¡Hagan su parte!, porque Él haría la suya.

Dios cuido a los israelitas todo el tiempo, colocando su nube detrás y no permitiendo que los egipcios se acercaran. Luego cuando estuvieron frente al mar rojo, en donde no había mas camino que transitar, Moisés obedeció las instrucciones que Dios le había dado: “Luego Moisés extendió la mano sobre el mar y el Señor abrió un camino a través de las aguas mediante un fuerte viento oriental. El viento sopló durante toda la noche y transformó el lecho del mar en tierra seca. Entonces el pueblo de Israel cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con muros de agua a cada lado.” Éxodo 14:21-22 (Nueva Traducción Viviente).

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