Andad en el Espíritu -2

Andar en el Espíritu no es creerse el súper espiritual, no es no querer saludar a los hermanos por temor a que te quiten la santidad, no es creer que andas volando y que solo te falta la aureola. No, andar en el Espíritu es evitar satisfacer los deseos de la carne llámense estos: envidia, rencor, odio, enemistades, pleitos, celos, contiendas, disensiones, etc. Pero esto solo se lograra a través de una relación personal verdadera con el Señor.

Nadie, absolutamente nadie puede decir que anda en el Espíritu, cuando realmente no mantiene una vida diaria de oración, cuando ni siquiera dedica unos minutos para meditar en su Palabra o cuando ni siquiera tuviste durante el día pensamientos de querer agradar a Dios en lo que hacías.

El andar en el Espíritu es vivir conectado al Señor, es analizar cada cosa que haré en el día para evaluar si es o no agradable a Dios, es negarse a lo que realmente quisiera hacer, pero que sé que va en contra de su voluntad y por ello prefiero aguantarme las ganas y no fallar, todo por amor a Dios y no por imposición. Andar en el Espíritu es hacer el bien, tratar de ayudar a otros, ver al necesitado como una oportunidad mas para agradar a Dios y con ello realizar el evangelio practico del cual somos llamados a realizar.

Andar en el Espíritu es evitar que todo lo que tenga que ver con los deseos de la carne se apoderen de mi vida y tomen el control de ella.

Realmente necesitamos cada día acercarnos mas a Dios, para evitar ser débiles antes las asechanzas del enemigo y ante las tentaciones que encontraremos a diario. Pero eso solo lo lograremos entablando una VERDADERA relación personal con Dios, no hablo de orar un minuto o de leer dos versículo y ya, ¡No!, hablo de que nuestra vida diaria gire alrededor de tratar de hacer su voluntad y no la nuestra.

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