Él te está esperando- 1

Todos tenemos problemas de toda clase: enfermedades repentinas, decisiones inesperadas que desestabilizan lo planeado, problemas económicos que asechan a nuestras familias y un sinfín de situaciones que lo único que hacen es perturbar la paz que Dios quiere mantener en nuestra vida.

Y es que a veces sin darnos cuenta hemos perdido el enfoque, las situaciones que nos rodean no han hecho presa de la confusión, de la desesperación, hay una carga enorme sobre nuestros hombros que lo único que hace es alejarnos poco a poco de la comunión que deberíamos mantener a diario con Dios.

Hablo de esos momentos en los que lo menos que queremos es orar, de esos momentos en donde quisiéramos que Dios actuara y diera la solución que nosotros quisiéramos, pero por alguna razón aun cuando necesitamos de Él, no queremos buscarlo.

A veces estamos tan enfocados en los diferentes problemas que estamos enfrentando, que no prestamos atención a lo que Dios quiere decirnos, El esta hablándonos continuamente, pero nosotros mismos hemos creado una barrera que nos impide sentarnos a escuchar lo que tiene que decirnos.

La Biblia nos cuenta la historia de Marta y María en el siguiente pasaje:

“En su viaje hacia Jerusalén, Jesús y sus discípulos pasaron por un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta recibió a Jesús en su casa. En la casa también estaba María, que era hermana de Marta. María se sentó junto a Jesús y escuchaba atentamente lo que él decía. Marta, en cambio, estaba ocupada en preparar la comida y en los quehaceres de la casa. Por eso, se acercó a Jesús y le dijo: –Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola haciendo todo el trabajo de la casa? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó: –Marta, Marta, ¿por qué te preocupas por tantas cosas? Hay algo más importante. María lo ha elegido, y nadie se lo va a quitar” Lucas 10:38-42

Y es que a veces nos afanamos más de la cuenta, a veces le estamos prestando más atención a las situaciones que nos rodean que a Dios.

María había elegido lo más importante, esto es: “Estar sentada junto a Jesús escuchando atentamente lo que él decía”.

Enrique onterroza.

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