Tu fin es su inicio -1
¿Quién dijo que era el fin?, si, quizá lo pensaste, seguramente paso por tu mente, pueda que todo a tu alrededor diga que ahora si se acabo todo, pues por donde veas pareciera que todo llego a su fin.
La Biblia la define como: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1 RVR1960).
Creo que la mayoría de nosotros nos hemos enfrentado a desilusiones en cualquier ámbito, ya sea laborales, ministeriales, familiares o sentimentales. Situaciones que nos hicieron entristecernos y hasta pensar que ya nada sería igual, que quizá todo iba a ser peor.
Como cuando aquel chico o chica pierde al supuesto “amor de su vida”, cree que la vida se ha acabado, que no encontrara jamás a alguien como él o como ella, que jamás volverá a ser feliz.
Como cuando aquel privilegio que tanto anhelabas en tu Iglesia y por el cual oraste mucho, ya no lo tienes, quizá porque decidiste dejarlo o porque hubo varios factores por los cuales se te tuvo que retener por un tiempo.
Como cuando tienes una discusión con una personas que quieres mucho, quizá tu amigo o amiga, quizá un familiar, y ahora crees que esa relación jamás volverá a ser la misma.
Situaciones como esas pueden en algún momento hacernos pensar que todo está acabado, que las cosas llegaron a su fin, que tu vida ya no tiene sentido o que las cosas jamás volverán a ser tan “lindas” como lo eran.
Y es que a través del tiempo he comprendido que todo lo que llega a su fin para mi, apenas comienza para Dios. Lo que para ti es un fin, para Dios es un comienzo.
Y digo un comienzo porque Dios hace cosas mejores de las que nosotros creemos que pueden hacerse, Dios tiene un estilo único de actuar, con su estilo nos sorprende y siempre saca lo mejor de todo para el beneficio nuestro.
Cuando a mi vida vienen esos momentos de frustración, esos momentos en donde siento y pienso que esto o aquello se termino, viene a mi mente unas palabras que la Biblia nos muestra en el siguiente pasaje:
