La misma actitud que tuvo Cristo Jesús -1
Con el tiempo me he ido dando cuenta que existe entre nosotros los cristianos mucha envidia, orgullo, soberbia, prepotencia y otras cualidades que no son buenas y que no son del agrado de Dios. Veo la facilidad con la que no nos ponemos de acuerdo, me doy cuenta que nos es fácil pelear por todo y contradecirnos entre nosotros mismos.
Le hablamos a la gente de amor de Dios pero muchas veces no tenemos ese amor entre nosotros mismos. Si vemos que alguien prospera lo vemos con ojos de envidia y si el que prospera no es “tan entregado a Dios” como “nosotros”, entonces lo criticamos poniendo en tela de juicio la fuente de su bendición.
Pecamos de egoístas queriendo todo para nosotros y olvidándonos que hay otros más necesitamos que nosotros. Tratamos de impresionar al ojo humano y nos olvidamos que hay un ojo divino que todo lo ve aun las intenciones que están dentro de nuestro corazón y que todavía no se han llevado a cabo.
Y es que no estoy hablando de gente que no es cristiana, hablo de nosotros, los que nos hacemos llamar cristianos, los que oramos y cantamos, los que predicamos y enseñamos, esos mismos que arraigamos en nuestro corazón soberbia por creernos mejor que otros, esos mismos decimos amar a Dios pero nos cuesta amar a nuestro hermano.
Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? Entonces, háganme verdaderamente feliz poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes, amándose unos a otros y trabajando juntos con un mismo pensamiento y un mismo propósito. No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.”
El anhelo del Apóstol Pablo y también el de Dios es que tengamos la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.