Cuando el pecado se convierte en tu “amigo intimo” -1
Cuando el pecado se convierte en tu “amigo intimo” -1
Seria una hipocresía enorme decir que ya no pecamos y lo digo porque este cuerpo corrupto nos insiste cada día para que caigamos en desobediencia y la mayoría de veces terminamos accediendo a pecados desde los que consideramos pequeños, hasta los que consideramos grandes, aunque siendo realistas cualquier pecado es eso: pecado.
Y es que el pecar no es una razón por la cual sentirse orgulloso, al contrario la mayoría de nosotros cuando le fallamos a Dios nos sentimos mal, sucios, indignos y una tristeza se apodera de nuestra vida, nos sentimos mal con nosotros mismos y aun mas con Dios.
Pero cuando el pecado ya no nos produce culpa ni cualquier sentimiento de dolor o tristeza, cuando pecamos y lejos de sentirnos arrepentidos no sentimos nada, entonces allí si hay un GRAN PROBLEMA.
Y es que a veces el pecado se convierte en nuestro “amigo intimo”, y digo intimo porque en la mayoría de ocasiones las personas nos ven muy bien, pero en la intimidad sabemos en que estamos fallando y que es lo que nos hace sentirnos mal o incomodos.
La gente puede ver que sonríes, que le sirves a Dios, que hablas de Dios muy lindo, que tienes dones hermosos, pero eso no significa que en la intimidad sea exactamente igual a lo que tratas de reflejar.
La mayoría de personas reflejan hacia las personas una personalidad que en su intimidad no es la verdadera.
Muchos se ven alegres, sonriendo, pero posiblemente en su intimidad lloran, se sienten infelices y no encuentran como salir de esos estados de animo.
Cuando el pecado se vuelve tu “amigo intimo”, es triste, porque no se lo puedes contar a nadie, te da vergüenza que sepan que pecas en determinada área, no quieres perder la imagen que la gente tiene de ti, entonces te encierras tu mismo, en tu propia vida y con tu único amigo, ese pecado intimo, que nadie sabe cual es, pero que te afecta tanto.
Y es que guardar lo que te produce dolor, es muy difícil, tratar de ser feliz sin superar esa área parece casi imposible.
Pero por alguna razón no te atreves a revelar el nombre de tu “amigo intimo”, ¿Por qué?, quizá por temor a la reacción de los demás, quizá por temor al rechazo, quizá por temor a que no sigas sirviendo en esa área que tanto te gusta.
Enrique Monterrosa.