¿Cómo afrontar la enfermedad? parte 3
El mayor tesoro que el ser humano puede tener es la esperanza, esa esperanza de saber que un día estaremos por toda una eternidad con el Señor, que no importa lo que nos toque enfrentar en este mundo, pues un día estaremos junto a nuestro creador por toda una eternidad, en donde la misma Biblia describe que:
“Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».” Apocalipsis 21:4 Nueva Traducción Viviente (NTV).
Quizá en este momento que estás leyendo estas líneas estés pasando por una enfermedad, a lo mejor te sientes igual o peor que yo.
Quizá también al igual que yo has orado a Dios para que te sane, sin embargo no hemos visto una respuesta instantánea como la quisiéramos ver. ¿Será eso motivo para dejar de creer o dejar de confiar en Dios?, de ninguna manera, mi fe no se vende por una respuesta, mi fe está en el Dios que hizo los cielos y la tierra.
No sé si Dios querrá sanarme o moriré algún día de una enfermedad, pero lo que sí sé es que mi fe no desfallecerá, pues lo que Dios ha hecho en mi vida es mucho más grande que sanar una enfermedad de mi cuerpo, Dios me sano el alma, Dios me perdono de mis pecados y cambio mi vida.
Ese día en el que me extendió sus brazos para perdonarme es el mejor día que pude vivir, ese milagro de la salvación es mucho más grande que cualquier otro.
Y por eso Dios se merece toda mi confianza, se merece toda mi fe, se merece toda mi esperanza, porque hizo un día lo que nadie más quiso hacer por mí, murió en mi lugar para darme vida eterna, no una vida que se acaba en la tierra, sino una vida que va más allá de la muerte terrenal, por eso y más puedo declarar como un día Job lo declaró: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” Job 13:15.